Permanent Red Light : estrenando acuarelas
Animada por H., que siempre dice que debería de pintar más, y después de haber devorado los post sobre acuarelas que María ha publicado en su Papelidades, el jueves me pasé por la única tienda de bellas artes que conozco en la ciudad, dos pisos de pinturas, papeles, pinceles, lápices..
Y aunque entraba sin saber muy bien que era lo que quería comprar exactamente, gracias a la amable señora que esperaba allí un tanto aburrida a los pocos clientes que entrabamos a cuentagotas, compré un juego de acuarelas (esta vez en tubo para compararlas con las que siempre he usado, las de formato de pastilla), unos cuantos pinceles y un bloc enorme con suficiente papel para dibujar este 2012.
Aunque todavía no comprado un tablero de madera grande para colocar el papel, esta mañana ya me han entrado ganas de empezar a ‘cacharrear’ un poco y ver que salía.
Al final un dibujo simple pero lleno de color, para alegrar este mañana mortecina de invierno.
Siempre me ha parecido algo natural ponerme a dibujar o a pintar. Desde los 7 hasta los 17 años (cuando ya la universidad se adueño de casi todo mi tiempo libre), acudía al menos una vez a la semana a clases de pintura. He vivido en tres ciudades distintas y en todas mi madre me ayudaba a buscar una academia o un profesor que me ayudase a seguir con ese hobby que ha llenado de pasteles, óleos y acuarelas las paredes de nuestra casa.
Aquí todavía no me he puesto a buscar una academia o una escuela donde ir de vez en cuando a ‘cacharrear’ .Sería fantástico poder contar con un taller de pintura propio, donde poder ir de vez en cuando y donde sólo hiciera eso, pintar y dibujar. Me lo imagino lleno de recortes, postales, cuadros, libros.. y sobre todo, mucha luz, con ventanas enormes y con una cafetera antigua para poder tomar un café calentito siempre que quisiera (suspiro, suspiro).
Como decía una de mis profesoras de pintura, el dibujar no se olvida, pero hay veces que no te acuerdas de que sabes. Por eso debemos darnos un tiempo para volver a sentirnos cómodos de nuevo con nuestros lápices y pinceles. Con ella, siempre poníamos fecha a cada dibujo que hacíamos, para poder llevar así un diario de nuestros avances y nuestro desarrollo. Después de unos meses todos éramos capaces de ver lo mucho que habíamos mejorado, lo cómodos que no sentíamos creando. Por eso no me he olvidado de poner la fecha de hoy junto al dibujo de estreno de estas nuevas acuarelas.
Por cierto, las postales que veis en la foto me las han mandado de mi banco. Es la primera vez que recibo algo del banco y me dan ganas de colgarlo en una pared para que todo el mundo lo vea :) .