Sol, nieve, lluvia…y un arcoíris
Aunque hayamos pasado mil veces por un mismo sitio, siempre nos puede seguir sorprendiendo.
Seguramente las cosas a nuestro alrededor no dejan de cambiar, aunque sea muy lentamente. Pero somos nosotros los que bien sea por costumbre o por dejadez, no dejamos de mirar de la misma forma.
Uno de los primeros sitios que me encantó nada más pisar esta ciudad fue este parque. Durante estos años hemos seguido subiendo de vez en cuando para disfrutar de las vistas. Pero creo que fue este domingo, cuando el paisaje me volvió a sorprender como la primera vez.
Y no es que en otras ocasiones no fuese igual de bonito, en principio nada ha cambiado. Pero quizás el domingo lo vi con otros ojos.
O quizás la luz, las nubes oscuras al fondo, la nieve, el verde intenso, al amarillo vibrante de los campos de colza…ayudaron.
O quizás siempre estuvieron allí, pero no los había mirado de verdad.