Vestigios y nostalgia
Tengo debilidad por los objetos de tiempos pasados.
Me encanta perderme entre cajas llenas de libros de otras épocas. De ropas que seguían otras modas. Modas que irremediablemente terminan por volver convirtiéndolas en valiosas joyas «vintage».
Recuerdo con cariño los ratos «perdidos» en la buhardilla de la casa del pueblo, viendo una y otra vez esos vestigios de infancias pasadas, de juventudes perdidas.
Todos deberíamos poder disfrutar de nuestro pequeño museo de tesoros. Para saborear la nostalgia: recordando lo que fue o imaginando lo que podría haber sido.
Ballenberg (Suiza) – Mayo 2016