Cosas que he aprendido teniendo un blog
Hace ya años que comencé a escribir mi primer blog.
Fue durante mi año de Erasmus y por aquel entonces, plataformas como Blogger o WordPress no estaban tan extendidas. Mi primer blog era una simple página web (todo muy artesanal) donde iba incluyendo fotos y textos sobre mi año en Dinamarca. El gusanillo del blogging no acabó con ese primer intento, sino que hasta el día de hoy, sigo compartiendo aquí mis textos y mis fotos.
Pero a parte de aprender a cacharrear con WordPress, algo de SEO e intentar adecentar mi blog con CSS, tener un blog me ha enseñado mucho más.
Escribir no es lo mismo que comunicar
Aunque sepamos escribir decentemente no todos llegamos a saber comunicar aquello que tenemos en mente. Escribir bien es un arte. Y conseguir captar la atención de los lectores que se pasan por nuestro blog puede parecer un imposible en esta era de la sobreinformación donde escaneamos en vez de leer.
Pero no está todo perdido. Aunque algunos hayan nacido con el don de la palabra y den en el clavo con cada una de sus frases, a escribir bien también se aprende. Como todo, eso también es cuestión de práctica.
Los buenos contenidos son valiosos
Si como yo, también tienes un blog, seguro que sabes la cantidad de trabajo que hay tras un post currado. No sólo es escribir unas líneas y subir unas fotos que has encontrado por ahí. Escribir contenidos de calidad puede casi llegar a convertirse en un trabajo a jornada completa: fotos, preparativos, redactar, compartir en redes sociales, responder comentarios, colaborar con otros blogs..
Y como sé lo que cuestan, yo valoro los contenidos de calidad cada vez más.
Entiendo perfectamente que llegados a un punto los bloggers pongan precio a los conocimientos que comparten, bien sea con cursos online o con infoproductos de algún tipo. Es más, no me cuesta pagar por ellos.
Nunca el tiempo es perdido
No es la primera vez que me preguntan: «Pero tú que ganas con eso? Las horas que le echas no sirven de nada».
Pues señores, aunque el hosting me cueste y quite horas de otras cosas para escribir y hacer fotos, nunca me ha parecido tiempo perdido.
Primero porque siempre es bonito y gratificante ver como estás creando algo tuyo que además ayuda y gusta a otras personas, aunque sean poquitas. Segundo, porque gracias al blog he conocido a gente maravillosa con la que comparto aficiones y experiencias.
Y por último: porque intentando publicar mejor contenido y mejores fotos, he ido aprendiendo más y más sobre muchos otros temas a parte de la fotografía. Y si algo me gusta es saber que todos los días sigo aprendiendo algo nuevo.
Los blogs no están muertos
Hubo un tiempo, cuando las redes sociales comenzaron a invadir nuestras vidas, que muchos vaticinaban que el tiempo de los blogs había pasado. Que los blogs estaban muertos. Que la inmediatez en los contenidos iba a ser tan relevante que los blogs no se podrían subir a ese tren.
Sobre este tema se ha estrenado recientemente el documental «Los blogs han muerto?» (el cual todavía no he podido ver) donde se plantea, «que si una cuenta de Twitter o Facebook nos permite difundir nuestro contenido, ¿Para qué mantener un blog en la red?».
Es verdad que ahora hay muchas más plataformas para compartir nuestros contenidos e interactuar. Pero el blog se mantiene como bitácora, como diario, como plataforma de consulta, como tarjeta de presentación para nuestros proyectos.
Para mi los blogs son todavía una fuente inagotable de experiencias, de las que no sólo se aprende, sino que también nos pueden hacer sentir más acompañados. Quien no ha dicho eso de «pensaba que sólo me pasaba a mi» al encontrar un post que expresa perfectamente lo que uno siente?
Un blog te puede ayudar a crecer y a aprender día a día. Echando la vista atrás me gusta pensar que los posts que he ido escribiendo son también parte de mi historia y que hay un pedacito de mí en ellos.
Me encantaría saber qué es lo que vuestro blog os ha enseñado. Como siempre os espero en los comentarios.
¡¡¡ Feliz semana y happy blogging !!!