Desenfocar para encontrar el foco
Hoy he podido disfrutar del primer día libre en semanas.
Y no ha sido un día de descanso, sino un día en la que el foco de mis energías no ha estado en las tareas que hago normalmente.
He pasado un día haciendo aquellas cosas para las que normalmente no encuentro tiempo: escuchar, aprender, charlar sin prisa, recapacitar, apuntar ideas en una libreta. Y sé que suena triste. Pero hay días en los que ninguna de esas actividades reciben el tiempo ni la atención que se merecen.
La vorágine de temas pendiente y urgentes no ha dejado de crecer . Y hoy, echando el freno y dedicándome a otros menesteres, mi mente ha disfrutado de un soplo de aire fresco, como hacía tiempo no disfrutaba. Te prometo que sólo han sido unas horas pero me ha dado la vida, literalmente.
No hace falta parar en seco y no hacer nada. Aunque las bondades del aburrimiento y el dolce fare niente que dicen los italianos son bien conocidas. Lo que es recomendable, incluso me atrevería a decir obligatorio, es incluir de vez en cuando actividades que supongan un cambio en nuestra rutina. Porque sometidos siempre a los mismos estímulos, nuestra mente se acostumbra tanto a ellos llegando a perder esa curiosidad que nos motiva a seguir aprendiendo.
Nuestra mente necesita cambios aunque nos resistamos a ellos
Aunque parezcan actividades triviales, hobbies que a primera vista no aportan nada a nuestra vida profesional, forzarnos a abandonar, aunque sea por unas horas, nuestra zona de comfort, nos ayuda a ser más creativos y a afrontar nuestro día a día con más energía. En cuanto dejamos lugar para el silencio, dejando el ruido atrás, nuestros pensamientos se aclaran.
En estos tiempos de conexión, de notificaciones, de distracciones por doquier, donde tanto nos cuesta mantener el foco, los momentos de desenfoque son más necesarios que nunca.
Los tiempos vacíos son un artículo de lujo. Por eso estoy decidida a reservar huecos en mi agenda para hacer cosas aparentemente improductivas.
Momentos de desenfoque para no perder el foco
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Aunque este post lo escribí hace algunos días, no quería que se quedase en el tintero. Hoy puede ser un día de mucho ajetreo, pero me gusta pensar que puedo recuperar el foco siempre que me dé algo de tiempo y espacio.