Para cuando todo esto pase
Tenía pendiente escribir en mi próxima newsletter sobre todas aquellas cosas ( reflexiones ) que estoy aprendiendo y experimentando (rumiando) en estas semanas de confinamiento. Pero ahora veo más conveniente dejar todo esto plasmado en un post donde poder volver dentro de unos meses.
Quizás la forma en que estamos pasando estas semanas puede ser bastante distinta de cómo las estás pasando tú. Simplemente por el hecho de que en Suiza nos están permitiendo salir a la calle para hacer deporte o pasear, siempre que sigamos otras recomendaciones de distanciamiento social. Esto es una ventaja enorme y un alivio inmenso sobre todo al tener niños pequeños en casa.
Lo que quizás sí esté compartiendo contigo sea la ruptura total de la rutina a la que estaba acostumbrada. Los niños no tienen ni colegio ni guardería. Lo que implica que no tengamos ayuda externa para hacernos cargo de ellos. Trabajando los dos desde casa esto se traduce en jornadas maratonianas de cocina, entretenimiento, teleconferencias, dibujos, libros …
Yo he intentado no agobiarme mucho con el tema del entretenimiento infantil. Por suerte nuestro homeschooling es bastante light y no tenemos listas de deberes. Aún así noto que los niños desean aprender cosas nuevas y es difícil encauzar esas ganas cuando uno mismo está cansado y estresado por los pendientes laborales.
A parte de eso, he intentado (intento) no ver demasiado lo que están haciendo otros. No puedo comparar mi situación con la de alguien que no tiene cargas familiares y tiene mucho más tiempo que yo para hacer cursos, probar recetas, participar en challenges, ver series y leer a mansalva. Aún así, me he dado cuenta de que soy capaz de incorporar actividades que a mí particularmente me encantan dentro de esta caótica realidad. Cosas que me hacen sentir bien y que muchas veces tengo la sensación de que pospongo por otras obligaciones.
Será que el cuerpo y la mente me lo piden tan fuerte que no puedo decir que no. Será que por momentos dejo de pensar tanto y concentro mi energía en observar cómo me estoy sintiendo.
No tengo grandes objetivos para estas semanas que sé todavía nos quedan. No expectations my friend. Lo que sí estoy completando casi a diario es una lista de esas cosas que me vienen a la cabeza y que quiero tener presentes cuando todo esto pase:
las plantas y flores que quiero buscar para nuestro patio,
los libros de fotografía que quiero tener cerca para ver a ratos,
los lugares que quiero volver a visitar en familia,
los que quiero fotografiar con el nuevo 35mm que he decidido comprarme..
También intento escribir de vez en cuando cómo me siento. No lo consigo todos los días pero a ratitos plasmo en papel lo que me evocan ciertas actividades y situaciones que antes no tenían espacio en mi rutina. O como me siento siendo madre a jornada completa, disfrutando a ratos y con ganas de llorar por lo agotador del día a día.
Cuando todo esto pase quiero volver a ellas. Quiero plasmarlas en listas que pueda tachar, en libros que leer, en cursos, en más fotos y en acuarelas para decorar nuestra casa.
Sé que todos estamos contando los días para que esta situación pase. No es cuestión de sacar inmediatamente algo bueno. No es cuestión de sentirnos de vacaciones ni de anestesiarse contínuamente para no sufrir nuestra nueva situación personal, laboral o familiar.
Desde mi punto de vista lo más importante es aprender y escuchar a ratitos lo que de verdad nos está pidiendo la cabeza y el corazón. Después de estos días tengo claro con quién me voy a tomar la primera caña, para quién va a ser mi primer abrazo y que paisaje quiero volver a ver.
Y para no olvidarlo, dejemoslo por escrito. En un cuaderno, en un documento en el ordenador, en una lista de tareas. Donde sea.
No dejemos que el atropello por retomar nuestra antigua vida nos haga olvidar lo que hemos sentido y hacia donde queremos encaminar nuestros pasos.
Mucho ánimo para todos y nos seguimos leyendo