Tiempos vacíos
Estas últimas semanas no he estado demasiado presente. Ni en el mundo 2.0. ni el el mundo que me rodea diariamente. Han sido unas semanas muy llenas y al mismo tiempo completamente vacías.
El verano ha pasado. Y lo hemos disfrutado como se merecía: despacio y sin darle demasiadas vueltas al dónde y el qué.
Y también este verano he tenido tiempo de leer, de disfrutar sin prisa nuevos libros.
Elena Ferrante y sus dos amigas me acompañaron durante las primeras semanas de verano. Me transportaron a Nápoles, a una historia de amistad tóxica pero irremediable. Una historia de personas contrapuestas y complementarias.
Ian McEwan y su “Chesil Beach” me fue sorprendiendo poco a poco, y al final, de golpe, logró dar sentido a una historia de pareja de la que creo todos podemos aprender algo. Las últimas páginas las disfruté convencida de que las grandes novelas no tienen que ser ni extensas ni complejas.
“Hombres buenos” de Perez-Reverte llegó a mi Kindle en una compra algo urgente antes de coger un avión hacia España. Y no me ha decepcionado. En realidad Arturo nunca lo ha hecho. Durante la adolescencia devoré sus novelas, relatos y artículos. Después de una larga pausa, esta novela histórica me ha logrado transportar a una época que , aunque distante, tiene ciertos puntos de encuentro con la que ahora nos rodean. Y es que las historias con libros como protagonistas siempre me han enganchado.
Foto : Alisa Anton vía Unsplash
Estas semanas han estado vacías de fotos, o menos llenas de lo que yo esperaba. Quizás antes me hubiese molestado, me hubiese decepcionado no poder enseñaros nuevos experimentos o proyectos. Pero estoy convencida de que las mejores fotos están por llegar.
Sólo hay que saber darse tiempos vacíos para volver a llenarlos.
Y si tenéis un ratito vacío y queréis llenarlo con una charla inspiradora (incluso hasta algún punto reveladora), echadle un ojo a este vídeo sobre cómo y porqué es tan complicado ser “uno mismo”: