Leyendo fotos
Edu y yo hemos vivido en la misma ciudad durante años, hemos estudiado en la misma universidad, pero no fue hasta tiempo después que nos conocimos en Madrid. Siempre que nos vemos acabamos hablando de fotografía. Como a mí, le apasiona salir con la cámara a cuestas y como yo, sueña medio en broma medio en serio con vivir de eso, de hacer fotos y contar historias.
Hace unos días, cuando publiqué aquí las fotos que hice durante mi visita a Atenas, le pedí que echara un vistazo y me diese su opinión. Valoro mucho su «ojo fotográfico» y sabía de antemano que no iba a ser una opinión vacía.
Después de ver las fotos Edu me lanzó una pregunta sobre una foto en particular. En ella aparecía una puerta flanqueada por plantas, parte de la entrada de una casa que encontré en el barrio de Plaka.
– ¿Qué es lo que te movió a hacer esa foto? – me preguntó.
– Esa casa la vi al salir de una calle en sombra mientras callejeaba por las cercanías del Acrópolis, ya de vuelta al hotel. Al final de la calle estaba ella, iluminada por el sol del mediodía, con esas flores rosas. Me llamó la atención sin más: la luz y los colores eran perfectos.
– Creo que el trozo de cielo de la izquierda molesta un poco. La inclinación de las macetas, el trozo de acera y de calle. No me llega a convencer del todo.
Quizás cambiando el encuadre, centrando la foto en la puerta, la cosa mejore – pensé yo.
Horas después, ya en el tren de vuelta a casa tras el trabajo, seguí dándole vueltas: ¿cómo es que no me di cuenta de esos detalles? Están bastante «claros», ni son tan subjetivos ni están tan escondidos.
Y creo que el problema estuvo en que no leí la foto.
Me quedé sólo con la sensación de esa mañana por Atenas: mis ganas de seguir haciendo fotos, la tranquilidad de saber que tenía tiempo para seguir paseando, viendo, buscando. Y eso me hizo elegir esa imagen: lo que a mí personalmente me recordaba y no lo que a otros les transmitía. Lo ideal hubiese sido poder haber combinado los dos, de modo que la foto transmitiese lo que yo «vi» en ese momento.
Sin duda, además de seguir aprendiendo aspectos técnicos a la hora de tomar fotos, creo que debo trabajar más en lo que yo llamaría la composición consciente: componer la imagen dependiendo de aquello que quiero transmitir, sin centrarme tanto o sólo, en intentar construir una foto «bonita». A veces ambas coinciden, transmito lo que quiero con una foto visualmente atractiva. Pero como en el caso de la foto de la que hablaba, no siempre es así.
En fin, que todavía me quedan muchas fotos por leer.