Buscando el #bloggingreal
Siguiendo en la línea de mi último post, continúo escarbando en el tema de cómo sentirme más en sintonía con los contenidos que voy publicando aquí, o mejor dicho, sentirme más involucrada con aquello que creo y comparto, ya sean palabras o fotos.
Y es que creo que, quizás como a algun@s de vosotr@s que también tengáis un blog, a veces me ha pasado factura el compararme o el intentar parecerme a otros blogs que aunque me encanten, no van conmigo. Y parece algo contradictorio, pero es que muchas veces nos miramos demasiado en ese espejo „mágico“ que son algunos blogs, aquellos que yo catalogaría de escaparates de vidas quasi-perfectas.
Si lo analizo con detenimiento, los blogs que realmente me aportan, aquellos que sigo sin perderme un post, o que puedo releer tranquilamente sin que me parezcan aburridos, no me han atrapado sólo por los temas que tratan, sino que han llegado a conectar conmigo por su autenticidad. Porque la persona que hay detrás intenta mostrar la cara bonita y las fea de su afición o trabajo, por defender un estilo de vida propio, por compartir sus experiencias sin pensar si el tema es o no rentable en términos de visitas. En definitiva, por defender un blogging real.
A la hora de buscar información en Internet nuestra inquietud suele ser un problema sin resolver, una duda, una sensación incómoda. Por eso veo tan importante compartir también aquellas experiencias que puedan ayudar e incluso reconfortar a otras personas . No es que haga falta airear sin medida nuestra vida privada, sino que si algo nos dice que eso que hemos superado, aquello que hemos aprendido últimamente puede ayudar a otros en la misma situación, no deberíamos dejarlo de lado sólo porque no encaja en ese blog „perfecto“ que nos gustaría fuese el nuestro.
Así que en resumidas cuentas, he apuntado en grande «AUTENTICIDAD» y «BLOGGING REAL» en ese cuaderno recién estrenado en el que estoy intentando poner en claro qué es lo que mi lado creativo me está pidiendo a gritos.
Continuará…
Foto de cabecera: Florian Klauer via Unsplash